Los sentidos y significados de la danza a lo largo de la historia son los siguientes:
1) Carácter mágico: Este aspecto lo tuvieron las danzas primitivas que se interpretaban dentro de ceremonias religiosas. De este modo, la danza imponía unas condiciones: un lugar dedicado exclusivamente a ella, un atuendo adecuado a la circunstancia, tatuajes y máscaras especiales. En realidad, la finalidad de estos elementos era resaltar el hecho de que quien bailaba no era literalmente el ejecutor de la danza. El danzante se identificaba con su papel dejaba de existir como individuo. Esta danza mágico-ritual tenía como finalidad conectar con los espíritus de sus totems, o de los animales a quienes deseaban cazar, y con sus dioses. En este apartado que no hay que circunscribirlo únicamente a la época primitiva, entrarían algunas danzas griegas como las de las ménades, o incluso algunas báquicas.
2) Carácter religioso: El carácter religioso de la danza iba unido en muchos casos al mágico y es muy difícil saber dónde termina lo uno y dónde comienza lo otro. Ya desde las altas culturas aparecen danzas de alabanza, de acción de gracias por las cosechas, por una victoria, etc. Incluso podemos incluir aquí las llamadas danzas fúnebres, aunque de algún modo seguirían teniendo un cierto carácter mágico.
3) Carácter lúdico-festivo: Éste es el aspecto que con más fuerza nos ha llegado a nosotros: la capacidad de disfrutar de la danza y del baile por todos los aspectos socializantes y de diversión que elevan consigo: conocer gente nueva, compartir momentos de ocio, galanteo…
4) Carácter de espectáculo: Es el último aspecto que incluye la danza. A partir del renacimiento, este aspecto se muestra más notorio, aunque en épocas anteriores también hubo manifestaciones en este sentido.
Fuentes: Ángel Zamora ”Danzas del Mundo” Ed. CCSS
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